avance de la psicologia

17.02.2015 11:21

En respuesta a las exigencias del sistema de salud acerca del uso de terapias psicológicas de corta duración y alta efectividad, la terapia breve surge como una alternativa de intervención de costos reducidos y de resultados favorables en la práctica clínica. Se define como una estructura terapéutica, orientada a incrementar la conciencia de los consultantes acerca de sus comportamientos problema, así como de su capacidad y motivación para comenzar a hacer algo al respecto. Se considera como la intervención primaria para aquellas problemáticas psicológicas caracterizadas por ser específicas, tales como excesos o déficits conductuales concretos y dificultades emocionales causados por la incapacidad para la toma de decisiones (Dulmus & Wodarski, 2002). La meta es ofrecer a los consultantes herramientas para cambiar actitudes básicas y manejar los problemas subyacentes.

La terapia breve difiere de la terapia a largo plazo en que esta última se enfoca en al tratamiento de trastornos psicológicos (entidades psicopatológicas, como depresión, anorexia, esquizofrenia, ansiedad, etc.) y tiene una duración superior a cinco sesiones de acuerdo con la severidad del trastorno o de la existencia de varias patologías (Labrador, Vallejo, Matellanes, Echeburúa, Bados & Fernández, 2001). La terapia breve se sitúa exclusivamente en el presente, usa herramientas terapéuticas en un tiempo más corto y su fin es el cambio de un comportamiento específico en lugar de uno a gran escala o más profundo (Kristen, 1999). Su énfasis está en incrementar la autoeficacia y la motivación para el cambio, así como en la empatía y la alianza terapéutica desarrollada con el consultante, empleando, entre otras, técnicas de escucha reflexiva que le permiten identificar cómo, cuándo y por qué podría cambiar (Miller & Rollnick, 1999; Longabaugh & Wirtz, 2001).

El terapeuta que quiera utilizar la terapia breve debe tener en cuenta los siguientes elementos que el permitirán identificar si su consultante es un buen candidato para este tipo de terapia: a) evaluar en primera instancia la severidad del problema del consultante (este tipo de terapias no son aconsejables para trastornos clínicamente significativos ni para personas que tienen varias patologías); b) tomar decisiones acerca del objetivo de la terapia, el cual debe ser definido de manera específica; c) establecer los límites de tiempo de la terapia y; d) explorar la disposición del consultante para el cambio (Dulmus & Wodarski, 2002). El uso de esta estrategia terapéutica tiene una amplia aplicación en la práctica clínica diaria, pues gran cantidad de las problemáticas abordadas en la consulta psicológica hace referencia a excesos o déficit en el comportamiento, así como a experiencias emocionales negativas producto de eventos transitorios o incertidumbre ante situaciones que involucran decisiones importantes en la vida de las personas.